domingo, 21 de agosto de 2011

Made in NZ - Parte I

Hace unos meses decidí viajar a Nueva Zelanda. La idea; recorrer el país trabajando en distintos establecimientos agropecuarios; nuevas experiencias de trabajo recorriendo un país hermoso donde sabia que había muy buena caza.

Uno de mis principales objetivos era poder ver varias cabañas de cría de ciervo colorado y si había posibilidad trabajar en ellas para aprender un poco del manejo que aplican, ya que sin duda es un país que lidera en la producción de genética de esta especie.
Tiempo antes de emprender el viaje, ya estaba en contacto con muchos  de los criaderos que quería visitar durante mi estadía y por suerte me estarían esperando con trabajo.
El tema trabajo ya estaba resulto (unos meses de ciervos y algo de tambo) , así que era hora de recopilar data sobre cacería! Gracias a la mágica Internet y el amigo Google conseguí unos mails de cazadores locales que me pasaron buena data y detalles de lo que iba a encontrar a mi llegada. Por lo que me anticiparon, había mucha posibilidad de cazar en tierra fiscal sin mas que una licencia gratuita y por suerte ninguna restricción para andar girando por el país con un arco.

Como en el plan de viaje la cacería era solo algo que para hacer en momentos libre y solo si se daban las circunstancias, decidí no llevar ninguno de mis arcos, solamente algo de accesorios y flechas. Ya había contactado un Shop que me podía proveer de un compuesto en cuanto lo necesitar, así que sin mucho equipaje salí de Ezeiza con destino a Auckland!
Ya en suelo Kiwi, me fui acomodando de apoco al nuevo estilo de vida y al nuevo trabajo (Un par de meses de tambo antes de irme a una cabaña de rojos)
.
Mi Jefe era un pibe de mi edad amante de la caza mayor y menor . Así fue como no tardo en llegar la primera salida de caza en la isla… Raleo de liebres y conejos. “Here you have the shotgun and enough ammo, just keep pressing the triger” esas fueran las palabras de mi jefe antes de salir a reflectorear con la idea de reducir la población de liebres y conejos que estaban dañando los cultivos del campo. Una 12 semi, un cajon de cartucho, me acomodaron en la parte de atrás de una de las chatas y a correr en los lotes de ryegrass y trébol. Nada de reflector y un tiro de .22, la tecnica kiwi es correr con la camioneta y que los de la caja tiren cartuchos hasta pegar. Llevo un par de liebres acostumbrarse a tirar a velocidad y con un vehiculo zigzagueando, pero hicimos una buena faena que alimento a mucho de los perros del campo por semanas.

Al poco tiempo empecé a ver que la mayoría de las personas que iba conociendo eran cazadores o tenían amigos cazadores, asi que cuando les comentaba mi pasión y que guiaba en Argentina, las salidas al campo no se hacían espera. Chanchos con perros (si, perro y cuchillo como en casa, son apasionándoos del deporte y hay mucha movida!) algunos recechos a los colorados y damas, nueva experiencia con los walabies, alguna ida a por cabras y hasta cola blanca (Variadito, no?). Ahora solo me faltaba hacer un intento a lo que tanto anhelaba.. Tahr del Himalaya.

Ya estaba claro que el tema cacería no seria circunstancia en mi viaje y saldría seguido a corretear animales, así  que no perdí el tiempo y  me hice de un Hoyt Trykon usado que encontré en Internet al cual vestí con todo el equipo que había traído de Argentina.

El tambo había quedado atrás y ya estaba trabajando en Peel Forest Estate (peelforestdeergenetic.com), una hermosa cabaña de rojos en la zona de Canterbury. Llegue para Octubre donde todos los ciervos estaban empezando a armar cabezas y la verdad que fue impresionante ver el desarrollo de esa genética de punta día tras día. Sin duda una de  las mejores sangres de colorados que vi en todo el viaje. Tienen un muy buen norte en el tipo de cabezas que quieren lograr, buscando coronas despejadas de los candiles con buena cantidad de puntas largas, con abertura y masa.  Animales bellos por donde se los mire.



Algunos de los reproductores en crecimiento de sus cornamentas 2011
Volvamos a la cacería..
Yo ya tenia mi arco equipado así que estaba todo listo para salir a la montaña, solo había que elegir el área y organizar la salida.
Por suerte la estancia en la que estaba trabajando estaba muy cerca de zona de Tahrs, unos 40kms al sur de donde se liberaron los primeros ejemplares y mejor aun muchos de mis amigos Kiwis eran amantes de la caza y conocían muy bien donde poder hacerle un intento a los Malayos-Neozelandeses. Creo que si lo planeaba no salía tan bien!

Las primeras salidas.

En una de las idea al pub, me presentaron con uno de los managers de una estancia en la cuales hacían cacerías, y cerveza va, cerveza viene no tardo en llegar la invitación a conocer el lugar y hacerle un primer intento a los Tahrs.

Si mal no recuerdo eso fue un sábado, así que había que esperar hasta el próximo fin de semana para salir a la montaña. Llegando al fin de semana no tenia uñas de lo ansioso que estaba! Cargue todo en el auto y derecho al campo. Ya me estaban esperando con la camioneta lista y cargada así que tire los petates y salimos por uno de los caminos de la estancia hasta una cabaña en la montaña donde pasaríamos el finde!
Un refugio entre un monte de Notophagus (Flia de nuestras Lengas y Nires, asi que de momento era como esta en el sur de Argentina) a la vera de un arroyo, rodeado de unos cuanto picos con pastizales bajo, pidras, rocas y caras de lajas. Un lugar hermoso!

Un par de tiros en una pared de tierra y ya estamos listos para hacer el primer rececho. Subimos a una de las laderas y costeamos unos faldeos hasta una zona que teníamos buena vista. Prismáticos y más prismáticos  hasta que a unos cuantos cientos de metros encontramos un grupo de 3 Nannies (asi llaman a las hembras). La verdad que estaban lejos, en la ladera de enfrente y en lo que a mí me parecía un lugar inaccesible ya que no había mucho mas que paredes de piedra con algunos escalones donde estas cabritas se suelen alimentar.
Yo miraba con los prismáticos algo desahuciado ya que nunca se me cruzó hacerles un arrime, sinceramente el lugar era poco recechable, hasta que uno de los chicos dijo, “Si, si les llegamos desde arriba vamos andar bien”. Así que sin perder tiempo empezamos la caminata y trepada por los poquitos lugares en los que teníamos algo de vegetación para camuflarnos y más que nada para usar de tracción en la subida.




Nos llevo largo par de horas, pero les llegamos a unos 50mts y ya no quedaba como acortar distancia, estábamos en la ultima línea de arbustos y después solo piedras hasta los bichos. Telemetroe,  abrí el arco, pin de 50 sobre el codillo y salio la XTHunter con una Rage que no encontró mas que piedras en su camino!! Erré limpito! como 10 mts corto! La hembra que estaba apuntando tenia un grupo de rocas adelante y desde mi posición de rodilla por no asomar sobre los arbustos el láser tomo la medición de las rocas y no del animal. Con una flecha menos en el quiver y sin nada de carne volvimos al campamento, pero yo igual estaba contento del hermoso rececho que había hecho y el primer encuentro de mi gran desafió.

Al otro día salimos nuevamente y llegando al final del día encontramos otro grupito que decidimos tirar con los fusiles ya que no tendríamos tiempo suficiente para recechar a flecha.
Después de esa salida se fueron dando algunas mas durante los fines de semanas pero siempre nos quedábamos cortos de tiempo para recerchar y había que volver al trabajo; Así que hasta ese momento solo había logrado abatir un machito joven y un par de hembras con un .270 prestado.
Lo bueno de todas estas salidas fugaces fue que me puede ir haciendo el ojo para encontrar Tahrs en las rocosas laderas  (nada fácil siendo un animal que nunca había cazado antes y que en esa época del año tenia una coloración muy similar a su entorno) y poder diferenciar a la distancia machos de hembras y posibles trofeos. Además de acostumbrarme a la cacería de alta montaña, la cual es súper física, complicada y demandante.

Izq. Hembra - Der.   Macho Joven  


Regalo de fin de Año!

Se acercaba fin de año y tendría unos 15 días de vacaciones, con lo cual decidimos con los chicos hacer un buen viaje a la montaña, unos 7 días de pura caza; ahora las chancees de cobrar algo con el arco serian mayores!
Acomodamos todo el equipo, cargamos los caballos y salimos con destino a una de las mejores zonas de Tarhs de los alrededores donde nos esperaba una linda cabaña del Departamento de Conservación en el corazon de Tahr-Landia! (Así bauticé la zona después de ver mas de 400 Tarhs durantes los días que estuvimos por ahí)




A mitad de camino empezamos a divisar grupitos de tahrs en alguna de las cimas, binoculares en mano intentábamos encontrar buenos machos y en una buena situación para recechar (viento favorable y buena cobertura para el arrime).
Divisamos un lindo grupo de hembras con algunos machos jóvenes que tomaban sol en unas rocas que nos darían la chancee de ponernos a unos 30mts, siempre y cuando hiciésemos las cosas bien.

Como todos sabían lo que anhelaba poder cobrar uno de estos animalitos con el arco me dejaron hacer el primer rececho solo mientras ellos seguían camino a la cabaña.
Marque la línea que quería seguir para el rececho en mi cabeza y empecé la caminata, ya que nos separaba unos cuantos cientos de metros.
Cada paso achicaba la distancia y cada vez que chequeaba con los binos podía ver mas detalles y no me tomo mucho decidir cual seria el macho al cual intentaría llegarle.
Con el viento soplando fuerte y la buena cobertura de las altas Festucas neocelandesas, ya me encontraba a unos 150mts de esta manadita que no se percataba de mi presencia.
Los últimos metros llevarían una larga hora ya que había mucha roca suelta y cualquiera de ellas que rodara ladera abajo delataría mi presencia.
Ya solo había 60mts entre mi flecha y  mi candidato, y la cobertura que de la distancia pensé que seria suficiente para llegar unos 30mts o menos, ya era escasa y no había mucha posibilidad de arrime. 60mts es un tiro largo para el arco pero más que posible cuando uno entrena lo suficiente ( hacia tiempo que venia tirando todos los días a mas de 70mts con muy buenos grupos, con lo cual me sentía confiado para intentarlo). Con la flecha lista en el arco,  volví a confirmar la distancia con el rangefinder y estaba todo listo para tomar el tiro. Pin de 60 detrás del codillo y flecha en vuelo!

El animal acuso recibo y corto montaña abajo donde pude ver que llevaba la flecha cruzada de lado a lado, quizás un poco mas atrás de lo que había buscado. Temblando como una hoja después del gran momento, apoye el arco en el piso, tome la cámara y empecé a fotografiar el resto de la manada que se quedo petrificada en el lugar, sin percatarse de lo que había pasado y quizás pensando “que le habrá pasado al gran macho que salido corriendo despavorido”.
Sacar unas cuantas fotos me tranquilizó y descargo toda la ansiedad que se general antes y después del disparo. De apoco la manada decidió mover sobre la cima y me dio la posibilidad de ir a chequear en búsqueda de lo que esperaba serian buenas noticias.





Unas pocas gotas de sangre y no de la que deseaba encontrar me confirmaban que el tiro había ido algo mas atrás de lo que esperaba, con muchas posibilidades que el cobro llevara mas tiempo. Muy despacio seguí la sangre hasta la ultima cuesta en la que lo perdí de vista y asomando lentamente pude encontrarlo echado entre los pastizales, todavía con la cabeza erguida. El viento seguía jugando a mi favor, así intentaría poner una última flecha que terminara con su agonía. Minutos mas tarde logre ponerme a unos escasos 13mts del animal y soltar mi flecha la cual lo hizo saltar de su encame y tras correr unos 30mts se desplomo ante mis ojo.. Sin duda una de las alegrías mas grandes de mi corta vida como cazador, había logrado abatir un Tahr con arco en los alpes Neozelandeses (Una de las cacerias mas desafientes, fisica, y complicadas que se le pueden presentar a un CazaArquero)..
Creo que pase como una hora mirándolo, admirando tan hermoso animal y brindando profundo respeto.. los minutos pasaban y no podía creerme toda la historieta, primeras horas de mi semana en la montaña y había cobrado un hermoso trofeo que mas tarde me sorprendería midiendo 12.5” en uno de sus cuernos.
Algunas fotos para el recuerdo, despostar, cargarlo en la mochilla y seguir pateando ya que faltaban unos 10kms de caminata hasta la cabaña.





10kms después, con las estrellas brillando, tras unas cuantas subidas y bajadas, cansado y bastante mojado de cruzar algunos riachos, llegue a la cabaña. No les fue difícil a mis amigos saber que había concretado la cacería ya que mi cara de felicidad se podía ver a kms de distancia… felicidad que nada ni nadie me podría quitar, la cual se mantuvo durante todo el viaje y siguió creciendo ya que pude cobrar un par de hembras y otro machito mas joven, pero esas serán historias para otros relatos..